Las lesiones diagnosticadas como cancerosas clínicamente deben ser extirpadas quirúrgicamente para luego ser enviadas a estudio de histopatología. En su gran mayoría se realizan con anestesia local (inyectable) y sutura. Según el resultado histológico se determinan los pasos a seguir. Es importante que los pacientes con estos diagnósticos tengan un control dermatológico periódico y sean estrictos en las medidas de protección solar.